lunes, 24 de octubre de 2011

cara a cara.

Entonces los creyentes piden algún deseo:

el mapa del tesoro escondido,

la llave del amor prohibido,

el regreso de los perdidos,

la resurrección de los queridos.

La diosa Patas arriba (La escuela del mundo al revés)

Eduardo Galeano.






En alta mar demoramos

los sueños

quejumbrosos

que desasieron estos cuerpos


prestados en la vida que aparentamos

rendirnos al insomnio

persiguiéndonos

en la redención del minuto…

… Idóneo.


Comprendí entonces que ella

había conseguido la victoria

que debía escucharla como quien

presta oídos a un delirio ajeno.

Y que no me dejaría

llevarme, nada conmigo,

por más que pidiera

o la cansara con mis ruegos.

Anna Ajmátova.




Presentimiento desolado

reliquias

contradictorias

ironizando

cejas sincronizadas;

religión de sobrenombres;

altar de pisadas infartantes;

¡eres dinamita nena!

((((Explotando bondadosamente mis células))))

I

Padecimos

agrios ornamentos,

deduciendo alma sin cuerpo

al coloreado malestar

devorando/

devastando”,

deteniendo el tiempo,

en un abrir

y cerrar de ventanas

atravesando ternura con los dedos congelados.

2

Así, desprendimos

las retinas

del pataleo zodiacal,

apaleando conjeturas con el tacón de una luciérnaga

trajeada para resucitar

cada zoom predestinado/

pestañas sincronizadas

iguales a mil margaritas aterrizando

bajo un signo acaramelado;

reflejo involucrando la zonificación de tú espectro en cada vueltero relato.

Tienes ojitos picantes,

dañando el cableado de alta tensión;

robaste

cada parte

del cándido

dispendio de bondades,

aproximándote llanamente, revelándome el laureado oscuro de tu cama en cinta retrocediendo nuestros besos calmados mostrándome en tu destino.

(¡Ambas palmas!,

circulando líneas cómplices)

Tienes ojitos picantes,

debatiendo en mi boca el camino más rápido

a la boca tuya transparentada en mí lengua sedienta

de voz, y en usted sobre toda coartada y ante toda

resonancia magnética

aclarándonos el camino.

(El que nos queda por recorrer)

Despedidas subliminales,

pareando karmas

apostando zaparrastrosas evidencias divagando coordenadas GPS desenfocado, pastillas terapéuticas, ciento en contra dibujando pulsación rota en otra aparecida mutación infranqueable; en sugestión pendiente.

Implorando cegarte, desnudarte / adorarte – visualizarte –

Sin bando. Complementando características incuestionables en la caída respiratoria añejando vacíos. Iniciando en la pupila destemplada; caer y desvanecerse

/enamorando/

blando rubor rosa

/padeciendo inviernos platónicos enjugando edades con mayor tino cada primavera jovial/,

apedreando tú corazón vital y ardiente; fe naciente.

Incriminándome únicamente a ti en una pira inconciente/ medular, apartándonos tan lejos y enmarañarnos;

¡Ahí!

… dónde quieran estar las plantas de tus pies.

– ¿Un nombre bien amado?

– No, armado alrededor de los cambios de luna; acentuando cicatrices / delineando cenizas detonantes, ¡destructivas!, e imperativas circunstancias calificadas en el mármol del nuevo nombre/ mundo, futuro. Partir de ahora cierra los ojos; ¡acéptalo!, un beso cándido replicando dentro la armonía, sepulcro adecuado para desfallecer ternura incomprensible, entiendo aguaceros inhóspitos en el olvido permutable debajo de mi falda. ¿Debo tratarlo con tanto tacto, procurando fortalecer fronteras que resguardan el afecto verdadero?

– Piénsalo, muerde los labios y considera pulsaciones.

– Padecer; palpitando frescura, recluyendo prosas negras en la casilla de la de reina blanca; desobedeciendo a la araña del destino, pronunciando su nombre en alto del otro lado rodeándome en sus halagos, aferrado artefactos que perduren muchas abolladuras moldeando el alma. Preservando aliento, entregando un solo suspiro para el resto de los amaneceres retratados por azar. ¡¡¡Maldita ruleta!!! ¿Era necesario apostarlo todo?; ¡todo!; significado y bendito destino trazado en cuatro palmas tan queridas entre sí. Batalla simplemente, por atar permanentemente una vida de dos corazones.

– Las palabras sostienen el universo, sin ellas no tendría sentido querer mitad de la vida por el resto de la travesía, oscuridad insufrible, versos terribles acribillados restando miradas coloridas. Corazones desahuciados estudiando tierra, sin viajar al vientre que repite trozos de amar recogiendo conchas del mar, saboreando soledad y ausencia.

– Terrible, ¿nove!, vamos a lo pactado; olvidaré conjeturas dónde plantaron aquél color rojizo de mí sangre y anotaré mis iniciales en tú espalda, abrir una ventana que podría ser cerrada sin azotar tristeza, equilibrando tención. Una noche, otro olvido; dos desmayos y cualquier pretexto válido, anulando desventajas. Pasión de la certeza incuestionable.

– ¡Salud por los incuestionable!, ¿sí eh de encerrarte en mí alma aceptaras que usemos nuestros propios nombres en el amor?

¿Será que sentimos

lo mismo por el juego de naranja?

Pasan tantas cosas en el césped.

Pienso tus pupilas en sismos

a falta de la redondez atajada

del parto,

al último escalón

conjugando

acidez y dulzura

palpitando cuerdas evaporando

residuos determinantes

impregnando los dedos en masa de pan de ajo.

Esencia perdida,

respiras en mí nuca encantamientos;

¡dame un 1/6 de tú luz cariño!

No quiero tu perdón; necesito fabricarte cada día un pedacito de sonrisa.

Quiero ser todo lo que quieres. Verte despertar encantada. Joderte a diestra y siniestra, retenerte risueña. Dulce intrusa, déjame verte, entenderte y murmurarte estás palabras perdiéndome en tu cabello ilusionado, construyamos momentos vengando tiempo fuera de los labios impregnados del sabor bendito. No se cómo rogarte; que seas algo directa. Sí para ti es mejor intercambiar frases sin vernos, acepto.

Eres quién me tiene contento.

Retrocediendo respiración en un puente de cristal devastando espacios en blanco; desterrando pesadillas frutales, vino blanco, albaca y carne renaciendo puntualmente fogosidad; tu / yo, punto.

No quiero más que lo soñado,

ni atravesar el muro de los lamentos

con los ojos destrozados,

de tanto preguntarle a la luna los actos

que conllevan al desenlace por una historia dimidiada.

[Fracturada; en remansos alterando coordenadas avistando la sangre mutua antes de aporrear los dedos en una ventana inconfundible]

Mientras los creyentes piden, sus deseos se realizan.

Quizás el milagro no dure más que las palabras que lo nombran, pero mientras ocurre esa conquista de lo imposible, los creyentes son luminosos y brillan en la noche

La diosa (obra citada)

Eduardo Galeano.

3.

Tus labios al parecer me guardan el adiós.

Cesta, ballesta, dispara y no dejes que me aferre a ti.

Dulce amante, el cuerpo resiste cientos de ventarrones, pero no un sentimiento semejante al nuestro.

[Por favor; ya no me tortures]

Si ése adiós, el antes merecen condenarme a saber que existes y eres inalcanzable; consérvame un poco de cariño quedándote con está ventana. Así podré reverenciar nuestro amor, teniendo tus pestañas en alguna parte. Sin rencor, desesperación, desgarrado por los celos; sobreviviré enredándote en la piel.

Sonríe.

En la siguiente vida seremos vecinos; un amor desmedido como el nuestro viene desde el principio y sabremos encontrarnos, yo soy tuyo y tú eres para mí. Mitades disueltas ensortijando incendios, versando credos irrompibles, intercambiando palabras que molen verdades inamovibles. El Gran Arquitecto tendrá que conmoverse facilitándonos una vida a simple distancia, compensando todo lo perdido en el abandono que me dedicas. Sin culpas. Entregándonos.

Intercambiaremos miradas y la sensación eléctrica nos arrojará a los brazos, mutilando besos que no se dieron, recuperando los besos vestidos de desnudez amándonos en otro momento, labios descifrando recuerdos en nuestros ojos esbozaremos una nueva mirada/ tendremos el mismo color de ojos, prueba del calor tan propio entre ambos. Cómplices, aventuraremos viajes verdaderos tomados de la mano, armaremos duetos funkeros, serás heroína en mis obras; cumpliremos el sueño compartiendo ingenio.

Cerca. Tan cerca, quemante. Cerca e inconfundible. Señales desorbitadas, trepando por las piernas, escalofrío, desequilibrio hormonal, gravedad cero deseo compulsivo/ significativo, cada fibra de la piel comprometida en arder, abrazándonos, columpiando gestos involuntarios, deslizando los dedos apasionadamente contra toda serenidad, sonoridad moviéndose a través de tú cuerpo uniendo cosmos al gemido vespertino de una catarsis prometedora. Arrebato sublime, sucumbiendo tiempos, recordando habernos querido en tantas estaciones. ¡Placer, jugoso en lágrimas alegres!; felicidad, si bien no la encontraste en mis ojos, tengo parte del significado.

Así, desnudos al viento, nos visitarán las sensaciones dejadas.

Tiempo descortés, rutina pura. Palabras encontradas, final sin feliz cortinaje.

¡Distancia miserable!

Tristeza, grumos sin explicación; entrelazaremos las manos y miraremos estos cuerpos deshabitados del afecto cósmico. Trazaré entre besos promesas deslumbrantes; “Cuándo tu corazón no resista la monotonía; acuñaras un deseo, encontrar tú alma gemela. Seré yo quién te encuentre con melodías y textos maravillosos a tu medida, germinado sonrisas que duren cien vidas; ¡así cómplice la tierra temblará anunciando nuestro encuentro”.

Amor mío; quitémosle las espinas a nuestro sueño, para germinar esperanzas.