miércoles, 13 de junio de 2012

Tal vez...


Huyo de la realidad.


La realidad, sólo me ha enseñado que cada día empeora/ [x] muy simple o ingenuo que me sea un apreciado instante,
al final; tan sólo será una intransigente gargantilla atorada de amargura.

   Mi ciega Fe/
tiene a la pluma; sobre la nube, la sonrisa.
                                                                             Tus pupilas.
/ la única gentileza que conozco es la de la tinta sumergida en las arterias.





Me encantaría conocerte; saber a quién escribirle, simplemente.
La realidad para mí; es sólo saber que no tengo a nadie con quién conversar.



¡Tener el afecto telúrico de las pestañas de alguien más allá!
Surcando lunas y atando su nombre al tobillo.
Respondiendo.



Con un beso que sea puro.
Un beso plenamente querido.
Un beso que no tenga contradicciones.
Un beso que me sea propio, que no sea el habitualteatro desalmado. Un beso de media noche, un beso que pueda repetirse cada día. [X] semejante beso quiero conocerte y pretender quererte; de ser necesario lo que tenga de vida en el instante que palpen los sentidos el abrillantado aroma de tus labios/ tengo [x] seguro el sabor de tus palabras tendrá todos los significados.


A todo esto; nunca he sido invitado en un blog privado, pero si me  gustaría que fueras la única lectora del blog, cómo un regalo.
Noche antes del posible mensaje anónimo; en la novela escribí un fragmento que le pertenece a la heroína en el encuentro con el sujeto:
“Si el destino es benévolo con dos amantes que hacen el amor convocando palabras sin par, partiremos dichosos al sobrenatural festejo de querernos y poblaremos nuestros cuerpos en tan codiciado principio”.